El Trabajo de los Humildes | Gilberto Dávila Quiroz

Poema de Gilberto Dávila Quiroz, hijo de un obrero industrial, Monterrey, 29 de junio de 1924.

 

“El Trabajo de los humildes”

Sonó el silbato, la señal,

Las seis y media en punto.

Queridos hijos voy a trabajar

A ganar el pan para comerlo juntos.

 

Un ardiente beso a cada hijo,

Un adiós a la adorada esposa

Me persigno al pie de un crucifijo

Y salgo alegre de mi humilde choza.

 

Llego pronto a mi trabajo, jadeante,

Alegre el corazón, por la alegría

Que siente el hombre caminante

Que camina bajo el sol del medio día.

 

Hora bajo un sol ardiente

Hora ajo un techo laminado

Trabajando siempre, siempre

En la tarde me encuentro fatigado.

 

Al caer el sol, vuelvo a mi choza

Vuelvo a dar un beso, a cada hijo

Un abrazo a mi adorada esposa

Y vuelvo a besar al pie mi crucifijo.

 

65. Area de vaciado.jpg

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