En 1918 un grupo de obreros de la Cervecería Cuauhtémoc, asesorados por el empresario Luis G. Sada, fundaron la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa[1], cuya finalidad era mejorar el bienestar de los trabajadores y empleados de la compañía. A diferencia de otros organismos similares, la Sociedad aceptó a hombres y mujeres como socios con los mismos derechos y obligaciones.
Se estableció también que la Directiva sería elegida democráticamente a través del voto directo de todos los socios. Para entonces, la empresa contaba con un número considerable de obreras y empleadas, quienes participaron por primera vez en una elección, pues el voto para la mujer en la política mexicana se permitió hasta 1953.
Desde el inicio la Sociedad estableció que las mujeres también podían ser votadas, pero ninguna de las compañeras fue señalada para una elección. Pasaron seis años (1924) para que se presentara la primera candidata en una planilla: Guadalupe Toffé. Aunque los estatutos reconocían a las mujeres el derecho de ser elegidas para algún cargo, las opiniones pronto se dividieron.
Acorde a la costumbre de la época, algunos hombres y mujeres dudaban que una de sus compañeras pudiera hacerse cargo de las responsabilidades directivas. En el Monterrey de esa época había antecedentes de algunas damas que encabezaban comités u organismos femeninos, pero eran asignadas por nombramiento, no por votación; además, ninguna mujer se había hecho cargo por la vía del voto de una institución en que también hubiera hombres.
Sin embargo, otros obreros apoyaron la candidatura de su compañera. Como en las elecciones se permitía a los socios hablar libremente, Abelardo L. Garza, mecánico del Taller General de Cervecería, tomó el foro y apoyó a la candidata porque declaró que era una mujer honesta, honrada y trabajadora. Sus palabras fueron directo al grano:
“Dar una oportunidad para que nuestras compañeras actúen en la Directiva de nuestra Sociedad no es un acto solamente de caballerosidad sino de justicia. Porque si hemos admitido como parte integrante de nuestra Sociedad a nuestras compañeras, porque si les hemos asignado los mismos deberes nuestros, y les hemos concedido los mismos derechos, en fin si son ellas tan miembros de la Sociedad como nosotros, es justo que en los grandes acontecimientos de nuestra vida social no se queden relegadas como una cosa secundaria”.
“Quien no se inclina reverente ante la mujer obrera, no merece estar con nosotros. Quien ponga trabas a la evolución de la mujer mexicana hacia el progreso, no es digno de llevar en sus venas la cálida sangre de los Cuauhtémoc. Así es compañeros que como hombres, como caballeros y como mexicanos, debemos brindar esta oportunidad a nuestra compañera”.[2]
Otros oradores opinaron a favor y en contra, pero finalmente los votos hablaron: Guadalupe Toffé fue la primera mujer en formar parte de una Directiva de la Sociedad Cuauhtémoc y Famosa, pues su planilla obtuvo 140 votos contra 126. Fungiendo como Secretario, Guadalupe realizó un buen trabajo y declaró posteriormente que el punto que deseaba probar era que las mujeres eran capaces de realizar tareas que se consideraban exclusivas de los hombres, como ocupar cargos de responsabilidad.
La elección de Toffé fue considerada un avance democrático, por lo menos dentro de SCYF, y contribuyó al pensamiento moderno de la participación de la mujer en la vida política de una Sociedad.
FUENTES
Revista Trabajo y Ahorro, Sociedad Cuauhtémoc y Famosa, Monterrey.
[1] La Sociedad se fundó con otro nombre que tuvo distintas modificaciones, pero optamos por usar el que fue consignado como definitivo.
[2] Revista Trabajo y Ahorro, Monterrey, Sociedad Cuauhtémoc y Famosa, No. 69, 28 de septiembre de 1924, p. 6.
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